Los problemas de la caza

Amigos Cazadores del Sobrarbe, como imagino que ya sabéis estamos ante un problema que no deja de agravarse, como es el tema de la gestión cinegética, a causa de los intereses políticos, económicos y personales, todo son obstáculos para practicar la actividad venatoria, quedando los cazadores como “los malos de la película”, como los alteradores de un entorno ecologista sin depredadores y depredados, sin vida y muerte.

Realmente a los que nos gobiernan parece importarles “un pito” esto de la caza y la conservación de la naturaleza. Todo el mundo sabe de las especies protegidas, como son las aves rapaces y de las repoblaciones de estas, pero no todos saben, que las especies preferidas en su cadena alimenticia son los conejos y las perdices, que hace años que escasean y no por culpa de los cazadores como hacen pensar los ecologistas. Los cazadores son los únicos que se preocupan en repoblar estas especies, como amantes de la naturaleza que son, pero no es suficiente porque los que nos gobiernan prohíben la vacuna del conejo y permiten que en la agricultura se siembre todo el grano envenenado.

Este actual desequilibrio de la naturaleza NO es por culpa de los cazadores aunque algunos piensen o digan que “son unos asesinos”. Si no, miren la gran población de sarrios que hay en el Pirineo y como es amenazada por un virus perteneciente al genero Pestivirus relacionado con la enfermedad. Esta epidemia en un medio tan agreste como es el Pirineo se pensaba que no iba a evolucionar, pero la situación continúa empeorando, pues aún hoy se encuentran animales muertos o enfermos afectados por la epidemia a causa de una gran población sin controlar que con una buena gestión cinegética este problema se hubiera solucionado.

Creo que como yo muchos de los lectores de este escrito pensaran que en la defensa de la Naturaleza y de la actividad cinegética en general y del cazador en particular, no debería haber un interés económico, ni político, el único interés que debería existir es el Equilibrio y la Conservación de la naturaleza.

Roberto Souto