¿Expolio en nuestros bosques? (carta de un lector)

Para los aficionados a las setas, este año 2006 está siendo muy bueno. No sé si será por el cambio climático o qué, pero estamos disfrutando de cantidad y calidad. Y como no podía ser de otra forma, un año más los bosques del Sobrarbe se ven invadidos por cientos de buscadores de otras comarcas y regiones. Y no estoy en contra de que vengan, sino de cómo actúan ALGUNOS de ellos.En primer lugar, porque se trata de visitas que no dejan ni un euro en la comarca; como mucho un desayuno en alguno de nuestros bares (y en muchos casos ni eso pues ya traen sus propios bocadillos).

En segundo lugar, porque arrasan con todo: ya no se trata de ‘consumo propio’, sino de llevarse kilos y más kilos, muchos más de los que podrán consumir.

En tercer lugar, por la forma en que lo hacen: poco respeto por nuestra naturaleza, rompiendo y ensuciando el bosque

En cuarto lugar, porque después muchas de esas setas las venderán en sus ciudades, y nuestra comarca no recibirá ni un solo euro.

A lo mejor en el futuro nuestros ayuntamientos acaban estableciendo cotos para la recogida de setas; sería una manera de que el Sobrarbe reciba algo a cambio de su riqueza natural; eso sí, a los de aquí que no nos cobren, que ya pagamos nuestros impuestos.

Anónimo

Aínsa, domingo 6 de agosto

Esta noche, soñé con un pueblo lleno de flores y de grandes árboles que daban sombra a los paseantes. Soñé con un precioso parque encantado, donde pequeños y mayores podían descansar al atardecer. Soñé que mi pueblo era cuidado, limpio, humanizado y que nadie tiraba desperdicios al suelo. Mi pueblo sólo estaba contaminado por el murmullo de sus ríos y el canto de los pájaros. No existían coches ni motocicletas conducidos temerariamente, sin tubos de escape. Todo el que transitaba por él era civilizado.

Como casi todas las noches, mientras soñaba, unos ruidos procedentes de la calle se colaron por mis ventanas, abiertas para recibir la brisa refrescante de la noche. Me desperté. Y así, estuve hasta el amanecer, entre sueño y realidad, igual que el vecindario. Pudimos disfrutar de la habitual movida ainsetana (no la confundan con la madrileña): vocerío, copas de cristal arrojadas adrede al asfalto, persecuciones, gritos, súplicas, arranques de motores, frenazos, acelerones, portazos, risas, música bacalao. Las horas fueron desgranándose, interminables.

Al fin, despuntó el amanecer. Los noctámbulos, derrengados, se fueron a dormir. Mientras, los que trabajamos los domingos, nos levantamos exhaustos, sin saber si aquello había sido un sueño o una pesadilla. ¡Tanta marcha nocturna agota a cualquiera! Nada de resaca alcohólica sino una buena melopea cerebral debida a la falta de descanso.

Suena el despertador. Media hora después, saco como puedo mis huesos de entre mis sábanas soñolientas. Me miro al espejo, sin reconocer mi reflejo. Esta noche loca ha hecho mella en mi rostro. Apresuradamente, me ducho, desayuno y salgo a la calle a las 8 y media de la mañana.

Vasos rotos, ramas arrancadas (menuda gracia) y vómitos, que esquivo milagrosamente, siembran mi camino, dándome la bienvenida a este nuevo día.

Me voy a trabajar.

Y mientras se me llevan los demonios, los angelitos duermen a pierna suelta, soñando con sus hazañas nocturnas, sin que ahora, a ellos, nadie les moleste.

Una ainsetana

SÁNDOR MÁRAI “La mujer justa” (Salamandra, 2005)

Su autor, Sándor Márai, es uno de los principales representantes de la literatura centroeuropea. Nació en el año 1900 en una pequeña ciudad de Hungría que hoy pertenece a Eslovaquia.

Llegó a su plenitud literaria en los años 40 del pasado siglo, es la época de obras como “El último encuentro” o “Divorcio en Buda”. En desacuerdo con el régimen comunista instaurado en su país tomó el camino del exilio y en 1.948 se traslada a San Diego, California, donde puso fin a su vida en 1.989.

La obra de Márai fue prohibida en Hungría, pasó de ser un escritor de éxito a caer en el olvido. Afortunadamente en este caso el tiempo ha hecho justicia y hoy la obra de Sándor Márai goza del reconocimiento de la crítica y de los lectores, incluso se puede decir que es un autor de moda como muestra la novela que os recomiendo, “La mujer justa”, que fue editada por primera vez en castellano en marzo del 2.005 y en septiembre de ese mismo año salía a la calle la quinta edición.
La originalidad de la obra radica en el planteamiento; está estructurada en tres capítulos, tres monólogos….es la misma historia contada desde tres puntos de vista, la de sus tres protagonistas: en una cafeteria de Budapest una mujer, Marika relata su vida a una amiga; en la misma ciudad su ex marido, Péter se confiesa con un amigo; la misma historia es relatada por Judit a su amante en una pensión romana.

La novela fue concebida inicialmente en dos capítulos, pero en la edición de 1.949 se le añadió el tercero, para mí el más interesante e imprescindible para que la novela quede “redonda”.

El tema….los sentimientos y las pasiones humanas. Como todas las obras de Márai es psicológica e intimista, retrata un ambiente decadente, parece que quiere atrapar un mundo que se escapa; los protagonistas, generalmente de la nobleza o alta burguesía son seres zarandeados por el destino a los que la felicidad se les muestra esquiva.

En la editorial Salamandra podeís encontrar otras obras de Sándor Márai además de las citadas más arriba:”El amante de Bolzano”, ”Confesiones de un burgés” o “La herencia de Eszter”.

Espero que os guste.

Pilar Sampietro

Reflexiones del abuelo

Amigos y lectores del Tablón del Sobrarbe: uno ya es mayor y poco puede hacer por esta vida salvo verla pasar. Eso no quita que uno reflexione sobre el día a día de nuestra comarca. Si me lo permitís, os mando alguna de esas breves reflexiones.

Parece que Aragón se moviliza y ya tenemos un grupo de trabajo para negociar sobre el espinoso tema de la reintroducción del oso en el Prineo.

Pero uno se pregunta si esto no llega tarde: los osos ya hace semanas que deambulan por nuestras montañas. Y casualmente este mes han tendio lugar varios ataques a ganado en nuestra comarca. Quizás no se trate de osos, pero la polémica está servida. Para más inri, hay rumores de que Francia ha perdido la pista de alguno de los bichos.

Pero la verdad es que esos ataques bien podrían venir del cielo: desde que el ganado muerto no se puede abandonar en los campos, los buitres andan escasos de comida. Y ya se sabe qué cuando hay hambre puede pasar de todo, incluido esos ataques a animales vivos.

Y es que olvidamos nuestro pasado y organizamos más de lo que hay que organizar: siempre ha habido ‘buitreras’ donde dejar esos animales muertos. Y la naturaleza -buitres incluidos- ya se encargaba de hacerlos desaparecer. Pero como ahora somos tan pulidos.

Bueno, pulidos para lo que queremos. Porque cuando se trata de construir, todo vale. Y es que este mes vuelve a haber acusaciones de delitos urbanísticos en la comarca. Ciertas o no, no olvidemos que en política todo vale para atacar al contrario, lo que no podemos negar es que la especulación está ganando terreno por aquí. Y es que todos podemos ser muy ecologistas y ‘sostenibles’ pero cuando hay dinero de por medio ….. vamos que yo no pondría la mano en el fuego ni por mi mismo.
El abuelo

Los problemas de la caza

Amigos Cazadores del Sobrarbe, como imagino que ya sabéis estamos ante un problema que no deja de agravarse, como es el tema de la gestión cinegética, a causa de los intereses políticos, económicos y personales, todo son obstáculos para practicar la actividad venatoria, quedando los cazadores como “los malos de la película”, como los alteradores de un entorno ecologista sin depredadores y depredados, sin vida y muerte.

Realmente a los que nos gobiernan parece importarles “un pito” esto de la caza y la conservación de la naturaleza. Todo el mundo sabe de las especies protegidas, como son las aves rapaces y de las repoblaciones de estas, pero no todos saben, que las especies preferidas en su cadena alimenticia son los conejos y las perdices, que hace años que escasean y no por culpa de los cazadores como hacen pensar los ecologistas. Los cazadores son los únicos que se preocupan en repoblar estas especies, como amantes de la naturaleza que son, pero no es suficiente porque los que nos gobiernan prohíben la vacuna del conejo y permiten que en la agricultura se siembre todo el grano envenenado.

Este actual desequilibrio de la naturaleza NO es por culpa de los cazadores aunque algunos piensen o digan que “son unos asesinos”. Si no, miren la gran población de sarrios que hay en el Pirineo y como es amenazada por un virus perteneciente al genero Pestivirus relacionado con la enfermedad. Esta epidemia en un medio tan agreste como es el Pirineo se pensaba que no iba a evolucionar, pero la situación continúa empeorando, pues aún hoy se encuentran animales muertos o enfermos afectados por la epidemia a causa de una gran población sin controlar que con una buena gestión cinegética este problema se hubiera solucionado.

Creo que como yo muchos de los lectores de este escrito pensaran que en la defensa de la Naturaleza y de la actividad cinegética en general y del cazador en particular, no debería haber un interés económico, ni político, el único interés que debería existir es el Equilibrio y la Conservación de la naturaleza.

Roberto Souto